Las reformas en casa son muy frecuentes y necesarias. Nadie está libre de sufrir una inundación en su suelo, de que se le atasquen las cañerías o de esa dichosa pared con grietas… Ya eres consciente de que debes realizar esos cambios, pero no sabes a cuánto ascenderá tu gasto y el IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido) podría influir mucho en tu cartera. Este tributo se aplica sobre el precio de los bienes y se divide en tres tramos:
- Súper reducido (4%): se aplica a los productos de primera necesidad, tales como los alimentos.
- Reducido (10%): aplicable a productos importantes y sectores económicos estratégicos que gozan de la protección del Gobierno.
- Tipo general (21%): se grava sobre el resto de productos, es el más elevado.
¿No tienes claro qué tipo se aplica en tu reforma y quieres ahorrar dinero? No te preocupes, porque en Housell te aclaramos todas tus dudas y te ayudamos a evitar el peligroso despilfarro al que conducen muchas obras.
Tipos de IVA a aplicar en reformas
En lo referido a la reforma de tu casa, se aplica tanto el IVA general como el reducido. Si quieres pasar de pagar un 21% a abonar solamente un 10%, deberás reunir ciertas condiciones. Un descuento de la mitad del dinero no es poco, así que atento a los supuestos:
- Debe ser una persona física o comunidad de vecinos. En una comunidad, no se aplicará si la factura recae sobre el administrador o bien sobre la compañía aseguradora.
- No tiene que actuar en la vivienda como empresario o profesional, como se explicará más adelante.
- La vivienda debe ser exclusivamente particular, no para alquiler.
- El inmueble necesita haber sido construido o rehabilitado al menos dos años antes del inicio de la reforma facturada.
- La obra debe ser siempre una renovación o reparación en edificios destinados a viviendas. La pintura, la instalación/renovación/sustitución del ascensor, las calderas, los sistemas de comunicaciones, el agua, la electricidad, la climatización, las instalaciones anti-incendios, las bajantes… todas ellas se incluyen en esta rebaja.
- El coste de los materiales usados debe ser nulo, es decir no aportados por el trabajador. En caso de que éste lo haga, su importe debe ser inferior al 40% del montante total de la reforma. Existen tres materiales que no computan en este gasto: andamios, elementos accesorios o electrodomésticos de gama blanca (limpieza y cocina) o marrón (informática o telecomunicaciones).
¿Y cuándo pagaría el tipo al 21%?
Desafortunadamente, existen otras situaciones en las que no te podrás librar del tipo general del IVA:
- En la mayor parte de las obras realizadas "por capricho", es decir que no sean estrictamente necesarias.
- Si tu compañía de seguros se hace cargo del pago de las facturas por reparar los daños.
- Si una empresa es la destinataria de la factura.
- Si se contratan profesionales en una reforma o reparación, deberán entregar las facturas con un 21% de IVA, salvo en situaciones específicas recogidas por la ley:
- La entidad aseguradora contrata a los profesionales directamente, sin intermediarios.
- La factura va a nombre de la aseguradora o entidad que se hará cargo del pago. En este caso, la empresa es la beneficiada jurídica.
- Si contratas y pagas a tus profesionales, deberás abonar el 10% de IVA. Si embargo, si es la aseguradora quien realiza esta labor, el pago ascenderá hasta el 21%.
Si estás pensando en reformar tu casa para venderla, en Housell te ayudamos: llama al 900 622 160 para informarte.