El leasing inmobiliario es un método de financiación a medio-largo plazo mediante un contrato de arrendamiento, normalmente con una entidad bancaria. A través de dicho convenio, una parte (arrendador) cede a otra (arrendatario) el uso y disfrute del inmueble a cambio de una cuota más los intereses que se hayan pactado.
Al final del contrato, si se ha satisfecho el pago de todas las cuotas, el arrendatario tendrá una opción de compra voluntaria. En resumen, consiste en un alquiler con una opción a compra.
Imagina que quieres arrendar un piso en una céntrica calle de tu localidad. Te pondrás en contacto con un arrendador financiero (entidad bancaria), que a su vez tratará con el proveedor (es el que vende y suministra el inmueble que quieres). Un proceso sencillo y sin demasiadas gestiones intermedias.
Ahora, piensa en el caso contrario. Para ello tienes el "lease back", donde el inmueble es del propio cliente. Este decide venderlo a la sociedad de leasing. En ese momento, mantiene su condición de arrendatario y con opción de compra. Te servirá para obtener liquidez o financiación en el momento que lo necesites. Este contrato puede incluir la reforma o equipamiento de la vivienda, aunque deberá ser incluida en el contrato inicial, mediante acuerdo por las partes.
A estas alturas, seguro que te estarás haciendo esta pregunta. El leasing ofrece condiciones más flexibles que la hipoteca. Si cuando acaba el contrato decides que no quieres el inmueble, lo cancelas y listo. En ese punto, das por finalizado el alquiler y no deberás afrontar todo el coste. En un caso hipotecario, deberás afrontar los impuestos de cancelación. Además de ser elevados, deberás invertir un dinero en notarios y demás gestiones.
Si en cambio decides seguir con la compra, ya habrás pagado una buena parte del total y además disfrutarás de beneficios fiscales. Eso sí, el propietario del inmueble seguirá siendo el arrendatario hasta que se satisfaga el pago o se dé la opción de compra. Esta opción limita un tanto las condiciones del inmueble.
¿Qué opción es mejor? La verdad es que no hay una respuesta clara. Si quieres sentirte propietario con efecto inmediato, y ya has considerado todos los gastos que supone comprar una casa, quizá lo mejor sea una hipoteca. Si por el contrario, quieres tomarte un tiempo para decidir, lo tuyo es el leasing. Esta opción te permitirá testar tu inmueble durante el periodo de alquiler para que cuando llegue el momento de opción de compra lo tengas más claro.
Si necesitas ayuda, en Housell te aconsejamos y acompañamos en todo el proceso: llama al 900 622 162 para informarte.