División horizontal: ¿qué es?

En el mundo inmobiliario, la propiedad es uno de los conceptos más importantes. Todos podemos comprar, alquilar o vender nuestra vivienda, pero también compartirla a partes iguales. Una forma de lograr esto es la división horizontal. Mediante su uso, puedes dividir un inmueble entre varias personas. Si quieres saber cómo funciona este concepto y qué aplicaciones prácticas tiene, consulta nuestro blog.

Lo primero que debes saber es qué significa este concepto. ¿Qué es la división horizontal? Un acto documentado en título público, por el que se divide un inmueble en varias fincas registrales independiente con su propia referencia catastral y asignación a cada una de ellas de un coeficiente de copropiedad. Se trata de una opción bastante habitual si tenemos una vivienda muy grande y queremos dividir el piso en dos o tres partes. Cada parte se podría conservar, vender o alquilar de forma independiente.

¿Cómo se realiza la división horizontal?

La división horizontal es necesario constatarla en el Registro de la Propiedad, denominándola como inmueble independiente y privado (los garajes y los trasteros se inscriben como anejos a la propiedad privada a la que pertenezcan). De esta forma, se crean las Comunidades de Propietarios en régimen de propiedad horizontal, que incluirán diferentes elementos privativos: viviendas, locales comerciales… Un régimen habitual en muchas de nuestras viviendas. En algunos casos, esta división puede ser tumbada (sobre varios edificios y se denomina conjunto inmobiliario). Ahora bien, ¿qué ocurre si queremos hacer cambios sobre esta división?

La Ley de Propiedad Horizontal (49/1960, BOE 23 de julio de 1960) será el elemento jurídico de referencia. Imagina que un vecino pretende dividir su piso en dos partes con el fin de vender una por separado. Para poder tener éxito en su petición, deberán obtener el acuerdo unánime de la Junta de la Comunidad de Propietarios, además de un Proyecto de División Horizontal firmado por un técnico competente. También será necesario respetar las legislaciones urbanísticas existentes en tu localidad.

Sin embargo, hay una excepción, tal y como indica el artículo 10e de la mencionada ley: “Los actos de división material de pisos o locales y sus anejos para formar otros más reducidos e independientes, el aumento de su superficie por agregación de otros colindantes del mismo edificio, o su disminución por segregación de alguna parte, realizados por voluntad y a instancia de sus propietarios, cuando tales actuaciones sean posibles a consecuencia de la inclusión del inmueble en un ámbito de actuación de rehabilitación o de regeneración y renovación urbana”.

¿Cómo se tributa la división horizontal?

La Agencia Tributaria grava estas transacciones a través del Impuesto sobre Actos Jurídicos Documentados (AJD), que se sitúa al 0,5 por ciento con carácter general, mientras que en algunos casos, las Comunidades Autónomas deciden el tipo de gravamen que se aplicará en cada territorio. Según el portal Vélez Dorado, estas son las tasas en cada Comunidad Autónoma:

1. AJD en Andalucía: tipo general 1.5 %
2. AJD en Aragón: tipo general 1.5 %
3. AJD en Asturias: tipo general 1.2 %
4. AJD en Baleares: tipo general 1.5 %
5. AJD en Canarias: tipo general 0,75 %
6. AJD en Cantabria: tipo general 1 %
7. AJD en Castilla-La Mancha: tipo general 1.25 %
8. AJD en Castilla y León: tipo general 1.25 %
9. AJD en Cataluña: tipo general 1.2 %
10. AJD en Extremadura: tipo general 1.5 %
11. AJD en Galicia: tipo general 1.5 %
12. AJD en La Rioja: tipo general 1 %
13. AJD en Madrid: tipo general 0,75 %
14. AJD en Murcia: tipo general 1.5 % (existen bonificaciones para Lorca)
15. AJD en Navarra: tipo general 0,5 %
16. AJD en País Vasco: tipo general 0,5 %
17. AJD Comunidad Valenciana: tipo general 1.5 %

Ahora que ya sabes qué es y cómo funciona la división horizontal, entra en el blog de Housell y consulta las últimas noticias sobre el sector inmobiliario.