Uno de los principales factores a tener en cuenta antes de comprar una casa es comprobar que no esté embargada, ya que nos puede proporcionar sorpresas inesperadas. Pero no te preocupes por ello, ya que comprobarlo es muy fácil: basta con solicitar una nota simple de la finca en el Registro de la Propiedad correspondiente. También puedes obtenerla online. Eso sí, la solicitud requiere un registro y desembolsar un pago.
Para llevar a cabo el proceso, debes conocer el número de inscripción de matrícula con el que está inscrito el inmueble. Otra forma de conseguirlo es por medio del DNI o CIF del titular de la casa. Esto es especialmente útil en el caso de que hayas alquilado una vivienda embargada, ya que podrías estar remunerando a un arrendador que ya no tenga esa propiedad. El paso más fácil es tratar de hablar con el propietario y pedirle esa información. En caso de que se niegue, consigue cuanto antes la nota simple.
El embargo implica la retención de los bienes de una persona con objeto de pagar una deuda pendiente y no satisfecha en los plazos establecidos. Se puede aplicar a las cuentas bancarias o, como en el caso que nos ocupa, a los bienes inmuebles.
Su marco jurídico se ubica en la Ley 1/2000, de Enjuiciamiento Civil, y nunca podrá ser llevado a cabo por un ciudadano, sino que solamente un juez o un organismo competente (Administración Pública) tienen autorización. Se trata de una medida cautelar que asegura el pago de las deudas contraídas y no pagadas, eliminando así la incertidumbre sobre su satisfacción futura.
Pese a lo que pueda parecer, la anotación de embargo no prohíbe que se lleven a cabo operaciones, bien por parte del propietario o del comprador. Eso sí, el que adquiera la vivienda heredará su carga. Esto repercute a su vez en el precio de mercado, al que se le restará la cuantía del embargo. El comprador de una casa embargada debe conocer el importe a abonar al acreedor para resolver las cantidades pendientes.
Si el plazo se acaba, el juez subasta la vivienda; habitualmente a un precio inferior al que se compra. En ese caso, hay tres escenarios posibles: adjudicación, suspensión o desierto. En el primer escenario, acaba en manos del acreedor. En el segundo, en manos de una tercera persona que se ha presentado a la subasta. El tercero ocurre si no hay candidatos. Comprar viviendas subastadas permite adquirirlas por un menor precio, pero con un alto riesgo: debes pagar un depósito que perderás si no depositas la puja en los 20 días posteriores.
La normativa prevé además la exención de embargo de algunos bienes.
Bienes absolutamente inembargables:
Bienes inembargables del ejecutado:
En el proceso de compra venta, hay muchos documentos y términos claves que hay que entender. En Housell contamos con un equipo especializado en todas las cuestiones relacionadas con la vivienda. Si estás pensando en vender o comprar una casa, llámanos al 900 622 162 para informarte y resolveremos todas tus dudas.