¿Te atreverías a desprenderte de todo lo que no necesitas y vivir con lo mínimo? Pues adelante, porque esta opción ya es posible gracias a las minicasas. Espacios de menos de 40 metros cuadrados que suponen una opción más ecológica y sostenible. Popularizadas ya en Estados Unidos, el fenómeno se está resistiendo más en España. ¿Quieres saber más acerca de esta opción? Pues continúa leyendo nuestro blog.
En nuestro país, abunda la idea de relacionar el mayor tamaño de la vivienda con una mejor calidad de vida. Imagina que quieres huir de la ciudad y alejarte de todo el ruido y la contaminación. Tu opción podría ser una casa prefabricada campestre y tendrías una gran libertad de movimientos y una sensación de contacto total con la naturaleza. Aunque las ventajas son abundantes, estas edificaciones no están exentas de problemas.
Un precio elevado para obtener eficiencia: el coste de estos hogares suele rondar los 30.000 euros, siempre dependiendo de los materiales usados y de sus dimensiones. Sin embargo, al añadirle el aislamiento, el precio se puede disparar hasta los 1.500 euros por metro cuadrado. Un esfuerzo económico que te vendrá bien hacer si deseas lograr una buena eficiencia energética sin sufrir los rigores del tiempo. Recuerda: estás a la intemperie.
Mala cobertura legal: la normativa prevé tanto las licencias de obra mayor como las de obra menor, pero en este caso, la ley no está adaptada a este contexto. Frecuentemente, los Ayuntamientos ponen trabas y esto provoca que las empresas se decanten por construir casas desmontables, pero no permanentes. La Ley del Suelo se hizo para evitar asentamientos ilegales que necesitaran abastecimiento de agua, luz y saneamiento. Algo salvable si la vivienda es autosuficiente.
Utilidad como segunda vivienda: al ser principalmente móvil, se convierten en una herramienta muy útil para las vacaciones. Podrás trasladarlas a la parcela que quieras sin demasiado esfuerzo. Para los más viajeros, esto significa llevar la casa a cuestas allá donde vayan.
Ahorro de costes en verano e invierno: una vez completamente reforzados, este tipo de inmuebles cuentan con un mínimo consumo y son sostenibles a nivel medioambiental. O dicho de otra forma, cumplen con el concepto de casa pasiva (tal y como construyó el doctor Feist en 1991).
Para lograrlo, tendrás que gastar un 90% menos de energía. Para conseguirlo, sigue estos pasos:
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