¿Vives cómodamente en la ciudad, pero deseas adquirir una segunda vivienda para pasar los fines de semana y las vacaciones en el campo o en la playa? En esos casos, deberás solicitar una hipoteca para segunda vivienda a tu entidad bancaria. Debes ser consciente de que supone un buen golpe para tu bolsillo. Además, estos préstamos se financian con unas condiciones mucho más estrictas que lo normal. ¿Quieres conocer sus características en profundidad? ¡Sigue leyendo, porque en Housell te lo explicamos!
En cualquier petición de hipoteca, se necesitan una serie de requisitos que no todo el mundo puede cumplir. Si esto ya ocurre en el caso del inmueble habitual, el listón se eleva bastante más en estos casos. Al tratarse de una vivienda secundaria, el propietario tiene más posibilidades de caer en la morosidad. Además, será más difícil para la entidad bancaria llevar a cabo la venta.
Requisitos de las hipotecas para segunda vivienda
Como ya hemos comentado, esta modalidad se ajusta a unas características un poco especiales:
- Menor porcentaje de financiación: lo más habitual es que se sitúa entre el 60 y el 70% del valor de la vivienda. En el caso de la primera vivienda, suele corresponder a un 80% de la tasación.
- Mayor coste inicial: como el banco presta mucho menos dinero al cliente, éste deberá desembolsar una mayor cantidad en el pago. La entrada puede suponer entre el 30 y el 40 por ciento del valor del inmueble. Imagina que tu hipoteca asciende a 200.000 euros. En ese caso, deberías pagar entre 60.000 y 80.000 euros antes de poder acceder a la financiación.
- Plazo de amortización e interés: por norma general, el plazo máximo de las hipotecas sobre las primeras viviendas suele ser de 30 años. Sin embargo, en el caso de un segundo inmueble, el plazo baja a 25 años. Y claro, si tienes cinco años para pagar y la cantidad adeudada es la misma, lo que sube es el interés. ¡Ten mucho cuidado con lo que firmas, no te pongas en riesgo!
- Ingresos mínimos y demás garantías: para que su concesión se lleve a cabo, es imprescindible disfrutar de una situación económica muy estable (contrato indefinido, antigüedad laboral, alto nivel de ingresos). Por otro lado, también es necesario no figurar en ningún listado de morosos ni tener un nivel alto de deudas. Adicionalmente, se podrían pedir avales para garantizar el pago, como por ejemplo, la vivienda habitual.
Tipos de hipotecas de segunda vivienda
- Variables: aplican un interés que varía con el paso del tiempo, normalmente una vez al año o una vez cada seis meses. En España, suelen tomar como referencia el euribor (tipo medio de interés al que se prestan euros entre sí un buen número de bancos europeos). Antes de la Gran Recesión, alcanzó un valor superior al 5%, con lo que encareció las hipotecas. Actualmente, este índice se encuentra en valores negativos.
- Fijas: en este caso, el interés se mantiene durante toda la hipoteca, pero la tasa de éste suele ser superior al que se pagaría en la anterior modalidad. Como el euribor está en mínimos, a los bancos no les sale rentable la opción variable. Por ello, a pesar de no ser demasiado frecuentes, están experimentado un gran crecimiento.
- Mixtas: se trata de una mezcla entre estas dos opciones. La entidad empieza con un interés fijo en los años iniciales y posteriormente, pasa a un tipo variable. Éste se calcula sumando al euribor un diferencial fijado por cada banco. Por tanto, el riesgo asumido es sensiblemente menor que en el primer caso.
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