En el mundo inmobiliario, los préstamos hipotecarios y las mudanzas están a la orden del día. Por eso, el concepto de hipoteca puente combina ambos términos y supone una posibilidad para los que quieren cambiar de casa mientras venden la otra. Si quieres saber más sobre este término, entra en Housell e infórmate.
La vida está llena de imprevistos: un cambio de trabajo, una mudanza imprevista por motivos de salud. Y para esas situaciones, la hipoteca puente es un préstamo que permite adquirir una nueva vivienda antes de vender la que ya tienes. Esta modalidad combina la vieja hipoteca con la nueva en una cuota única, hasta que se venda la primera casa. De esta forma, la cuota a la que nos enfrentamos es inferior, a cambio del compromiso de vender el inmueble en un periodo determinado, según las condiciones.
La entidad bancaria accede a unificar la cuota de la hipoteca, a cambio del compromiso de que vendamos la vivienda actual a corto plazo. Esta opción no se ofrece a cualquiera, necesitas unas condiciones concretas. Los requisitos incluyen factores con altos ingresos, estabilidad laboral y un buen historial crediticio.
En este sentido, existen varias ventajas para contratar un préstamo puente:
Las principales desventajas surgen cuando no conseguimos vender la casa:
En este caso, los problemas se multiplican. Una vez termine el periodo de carencia de capital sin vender la vivienda, las cuotas se disparan al tener que pagar la deuda satisfecha por ambas viviendas. ¿Recuerdas que habíamos puesto ambas viviendas como aval? Esto quiere decir que en caso de impago, la entidad bancaria podrá embargarnos ambas. Por todo ello, este método no es idóneo para personas que viven al día o principiantes. Se requiere un buen nivel económico, así como una cierta capacidad para gestionar nuestro dinero.
Ahora que ya sabes lo que son las hipotecas puentes, su funcionamiento, ventajas e inconvenientes; entra en Housell para conocer más detalles sobre el mercado inmobiliario.