¿Cómo comprar un piso sin ahorros?

Imagina una situación común: has acabado la universidad y has conseguido una cierta estabilidad laboral. Aún así, todavía no cuentas con los ahorros suficientes como para afrontar la compra de un piso. Si eres joven, seguramente sabes de lo que estamos hablando. A pesar de todo, queremos decirte que hay vías diversas para que puedas lograr tu objetivo y tener tu casa de los sueños. ¿Quieres descubrirlas? ¡Pues sigue leyendo Housell y entérate!

Nadie duda de que la capacidad económica es el principal factor que debes tener en cuenta a la hora de comprar un piso. Por ejemplo, a la hora de pedir una hipoteca, los bancos no suelen prestar el 100% de la operación. Estas entidades tienden a ofrecer como máximo el 80%, con lo que debes tener ahorrado el 20% restante para afrontar la transacción, más allá de gastos, comisiones de apertura y demás trámites intrínsecos a la hipoteca, claro. Vale, ya sabes que una hipoteca al uso no puede ser, pero vamos a ver las diferentes opciones para comprar un piso sin ahorros.

Las opciones que puedes seguir para comprar un piso sin ahorros

1. Comprar una casa al banco: con la crisis del ladrillo, las entidades bancarias acumulan cientos de miles de pisos vacíos. Inmuebles de los que quieren deshacerse y para ello, ofrecen préstamos muy ventajosos o incluso, una financiación del 100% (hipoteca sin ahorros). La desventaja es clara: no podemos elegir en un mercado abierto, sino entre lo que el banco tenga disponible.
2. Solicitar ayuda profesional (un bróker): un bróker ejercerá de intermediario entre tú y la entidad bancaria. Debido a su grado de conocimiento y relación con el sector, te ofrecerá alternativas ventajosas para que tengas una hipoteca más asequible. En contraprestación, te cobrará una comisión sobre el total de la hipoteca. Es su premio por conseguirte una rebaja en la hipoteca. Si encuentras al adecuado, te ahorrarás unos cuantos billetes.
3. Un alquiler con opción de compra: la opción intermedia. Nos permite ganar un cierto margen para poder ahorrar dinero y poder después efectuar la compra. A diferencia de un alquiler normal, el precio queda congelado al firmar el contrato y su valor decrece a medida que pasan las mensualidades.

Vamos a poner un ejemplo práctico sobre su funcionamiento. Imagina que alquilas un piso con opción de compra por 100.000 euros y una cuota mensual de 500. Pasan cuatro años y ya has desembolsado 24.000. Esto es, podrías ejecutar la compra por 76.000. El efecto de la inflación o del mercado de compraventa queda fuera, pues la cantidad de la operación no varía. Para ti, es un valor seguro.

1. Un préstamo familiar: para que no se apliquen impuestos, se recomienda firmar un documento en el que se indique que la transacción será gratuita. De lo contrario, afrontarás un impuesto imprevisto.
2. Los seguros de crédito hipotecario: son complementos para las hipotecas y su función es aumentar el porcentaje de cobertura hasta un 95% de la vivienda. Si se aplicara esta opción, reduciremos nuestra entrada a solamente un cinco por ciento. Es decir, si tuviéramos que pagar 200.000 euros, solo nos pedirán 10.000 euros para llevar a cabo esa entrada. Mucho más fácil para nosotros.
3. Escoger como aval a personas no deudoras: de esta forma, se acota el riesgo de avalar. En caso de deuda, este perfil solamente tendría que afrontar el porcentaje hipotecado como garantía. Se evita responder con el patrimonio personal, una práctica demasiada habitual para las entidades bancarias.
4. Tener ingresos elevados: las entidades bancarias siempre ponderan más los clientes que puedan demostrar una mayor solvencia. Si tienes un trabajo bien remunerado, eres funcionario o perteneces a una profesión de altos ingresos (médico, abogado, sector bancario), vas a tener más posibilidades de obtener una hipoteca al 100% o con mejores condiciones.

Ahora que ya conoces como comprarte un piso incluso sin ahorros, puedes entrar en la página web de Housell para informarte de más novedades sobre el sector inmobiliario.