El impacto ecológico ha pasado a ser uno de los principales valores a analizar en todas nuestras actividades humanas y a la hora de elegir casa, no podía ser menos. En la actualidad, ya es posible construir en línea con la naturaleza y el clima. La arquitectura bioclimática permite aprovechar el entorno para optimizar al máximo el edificio y lograr además eficiencia energética.
La arquitectura bioclimática permite lograr una simbiosis total entre el inmueble diseñado y el entorno donde se encuentra, fomentando su naturalidad e integrándose totalmente en el entorno. Esto se logra a partir del análisis de diferentes elementos del clima, como el sol, el viento o la lluvia. Los tejados a dos aguas serían un ejemplo clásico de arquitectura bioclimática, aunque las posibilidades van mucho más allá.
La arquitectura bioclimática se suele componer de los siguientes elementos:
- Para combatir el calor, se pueden utilizar tanto el agua como la vegetación. Soluciones como las plantas enredaderas o los jardines verticales pueden ser muy útiles. Las viviendas pueden también enterrarse bajo tierra.
- En zonas muy frías como Escandinavia, la orientación de las casas tiende hacia el sur y técnicas como la geotermia pueden servir para aprovechar al máximo las fuentes de energía.
- En zonas tropicales, normalmente muy lluviosas, se busca que el aire circule con facilidad y se reduzca la sensación de calor y humedad relativa muy alta. Los ventiladores en diagonal pueden servir para este propósito.
A continuación, explicamos dos ejemplos concretos de arquitectura bioclimática, ambos situados en zonas distintas del mundo:
Ahora que ya sabes qué es la arquitectura bioclimática, cuáles son sus elementos y qué ejemplos de aplicación son los más representativos, entra en Housell para conocer más sobre el mercado inmobiliario y todo lo relacionado con tu vivienda.
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